lunes, 1 de agosto de 2011

EDUCACIÓN PARA LA ACCIÓN:


La Revolución Educativa -aún en el papel y en las intenciones- se hace con técnicos y burócratas que están formados en el sistema que queremos cambiar, y que generalmente están devorados por el. ¡Dime quién te paga y te diré hasta dónde llegas o puedes llegar!

La Revolución Educativa no se hace de ninguna manera con los que están comprometidos, pagados por el sistema mercantilista y consumista.
La Revolución Educativa no se hace con los que trabajan en la educación privada y, defienden, promueven y priorizan la educación privada.

¿Los maestros participan en los espacios en donde se toman las decisiones? ¿Quiénes son los que toman las decisiones a espaldas de los maestros? 

La Revolución Educativa se hace con los maestros y estudiantes y padres de familia y no para ellos. No se les consulta, no se dialoga con ellos. El camino es que ellos están participando permanentemente y son corresponsables serios.
 

¿Qué entendemos por calidad educativa y aprendizajes para el buen desempeño? 

¿Qué evaluamos en el buen desempeño? ¿el orden y la disciplina? ¿los conocimientos? ¿Comprender qué conocimientos? ¿Pedagogías activas y no memorísticas? ¿Qué y para qué los conocimientos? ¿Qué practicas y qué contenidos de esas prácticas? ¿Qué analizamos? ... ¿Un proyecto educativo para mantener el sistema? ¿Cuáles son las respuestas correctas?...

No queremos solo calidad educativa en la educación pública si la entendemos como aprendizajes y memorización y comprensión de conocimientos para sólo hablar y escribir bonito, rendir exámenes, pasar de año, ingresar a la universidad, tener títulos y diplomas, competir para ocupar los primeros puestos, viajar al extranjero, y regresar para lograr un mayor sueldo en una empresa. Eso no es calidad educativa. Eso es una educación utilitarista y egoísta. Si eso es calidad, esa calidad educativa no la queremos. 

¿Cuál debe ser el perfil de los que quieren transformar y hacer los cambios? ¿nuevos tecnócratas? ¿equipos o personas individualistas? 
No son suficientes aplicar buenas metodologías, ni dinámicas, ni tecnologías.
Estamos claros que no puede ni debe haber una educación lucrativa, y no son sus promotores los que se van a preocupar sinceramente de la educación pública.¿Cuales son los valores que viven y con los cuales se identifican?...

Las autoridades y los funcionarios ¿provienen de la educación privada? ¿Qué significa eso?
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La educación no es neutra. ¿Qué significa? ¿Cuáles son sus contenidos?

Leamos el importante artículo de Atilio Boron.

Por la prioridad de la educación pública para la transformación y no para sostener o alimentar o reproducir el sistema capitalista de dominación ni sus valores y prácticas..

Por una educación liberadora de calidad para el cambio histórico de paradigmas burocráticos y elitistas.
José Rouillon.


EDUCACIÓN PARA LA ACCIÓN:

Sepa lo que es el capitalismo


El capitalismo tiene legiones de apologistas. Muchos lo hacen de buena fe, producto de su ignorancia y por el hecho de que, como decía Marx, el sistema es opaco y su naturaleza explotadora y predatoria no es evidente ante los ojos de mujeres y hombres. Otros lo defienden porque son sus grandes beneficiarios y amasan enormes fortunas gracias a sus injusticias e inequidades. Hay además otros ("gurúes" financieros, "opinólogos", "periodistas especializados", académicos "bienpensantes" y los diversos exponentes del "pensamiento único") que conocen perfectamente bien los costos sociales que en términos de degradación humana y medioambiental impone el sistema. Pero están muy bien pagados para engañar a la gente y prosiguen incansablemente con su labor. Ellos saben muy bien, aprendieron muy bien, que la "batalla de ideas" a la cual nos ha convocado Fidel es absolutamente estratégica para la preservación del sistema, y no cejan en su empeño.
Para contrarrestar la proliferación de versiones idílicas acerca del capitalismo y de su capacidad para promover el bienestar general examinemos algunos datos obtenidos de documentos oficiales del sistema de Naciones Unidas. Esto es sumamente didáctico cuando se escucha, máxime en el contexto de la crisis actual, que la solución a los problemas del capitalismo se logra con más capitalismo; o que el G-20, el FMI, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial, arrepentidos de sus errores pasados, van a poder resolver los problemas que agobian a la humanidad. Todas estas instituciones son incorregibles e irreformables, y cualquier esperanza de cambio no es nada más que una ilusión. Siguen proponiendo lo mismo, sólo que con un discurso diferente y una estrategia de "relaciones públicas" diseñada para ocultar sus verdaderas intenciones. Quien tenga dudas mire lo que están proponiendo para "solucionar" la crisis en Grecia: ¡las mismas recetas que aplicaron y siguen aplicando en América Latina y África desde los años ochenta! 

A continuación, algunos datos (con sus respectivas fuentes) recientemente sistematizados por CROP, el Programa Internacional de Estudios Comparativos sobre la Pobreza radicado en la Universidad de Bergen, Noruega. CROP está haciendo un gran esfuerzo para, desde una perspectiva crítica, combatir el discurso oficial sobre la pobreza elaborado desde hace más de treinta años por el Banco Mundial y reproducido incansablemente por los grandes medios de comunicación, autoridades gubernamentales, académicos y "expertos" varios. 

Población mundial: 6800 millones, de los cuales
·         1020 millones son desnutridos crónicos (FAO, 2009)
·         2000 millones no tienen acceso a medicamentos (www.fic.nih.gov)
·         884 millones no tienen acceso a agua potable (OMS/UNICEF 2008)
·         924 millones “sin techo” o en viviendas precarias (UN Habitat 2003)
·         1600 millones no tienen electricidad (UN Habitat, “Urban Energy”)
·         2500 millones sin sistemas de dreanajes o cloacas (OMS/UNICEF 2008)
·         774 millones de adultos son analfabetos (www.uis.unesco.org)
·         18 millones de muertes por año debido a la pobreza, la mayoría de niños menores de 5 años. (OMS)
·         218 millones de niños, entre 5 y 17 años, trabajan a menudo en condiciones de esclavitud y en tareas peligrosas o humillantes como soldados, prostitutas, sirvientes, en la agricultura, la construcción o en la industria textil (OIT: La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance, 2006)
·         Entre 1988 y 2002, el 25 % más pobre de la población mundial redujo su participación en el ingreso mundial desde el 1.16 por ciento al 0.92 porciento, mientras que el opulento 10 % más rico acrecentó sus fortunas pasando de disponer del 64,7 al 71.1 % de la riqueza mundial . El enriquecimiento de unos pocos tiene como su reverso el empobrecimiento de muchos.
·         Ese solo 6.4 % de aumento de la riqueza de los más ricos sería suficiente para duplicar los ingresos del 70 % de la población mundial, salvando innumerables vidas y reduciendo las penurias y sufrimientos de los más pobres. Entiéndase bien: tal cosa se lograría si tan sólo se pudiera redistribuir el enriquecimiento adicional producido entre 1988 y 2002 del 10 % más rico de la población mundial, dejando intactas sus exorbitantes fortunas. Pero ni siquiera algo tan elemental como esto es aceptable para las clases dominantes del capitalismo mundial.
Conclusión: si no se combate a la pobreza (¡ni se hable de erradicarla bajo el capitalismo!) es porque el sistema obedece a una lógica implacable centrada en la obtención del lucro, lo que concentra la riqueza y aumenta incesantemente la pobreza y la desigualdad económico-social.

Después de cinco siglos de existencia esto es lo que el capitalismo tiene para ofrecer. ¿Qué esperamos para cambiar al sistema? Si la humanidad tiene futuro, será claramente socialista. Con el capitalismo, en cambio, no habrá futuro para nadie. Ni para los ricos ni para los pobres. La sentencia de Friedrich Engels, y también de Rosa Luxemburgo: "socialismo o barbarie", es hoy más actual y vigente que nunca. Ninguna sociedad sobrevive cuando su impulso vital reside en la búsqueda incesante del lucro, y su motor es la ganancia. Más temprano que tarde provoca la desintegración de la vida social, la destrucción del medio ambiente, la decadencia política y una crisis moral. Todavía estamos a tiempo, pero ya no queda demasiado.

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